Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza
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Mensaje de la Sra. Audrey Azoulay
Directora General de la UNESCO con motivo del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza
17 de octubre de 2018
“La pobreza no tiene cabida en una sociedad humana civilizada, su lugar está en un museo”, dijo en una ocasión Muhammad Yunus, de Bangladesh, uno de los inventores de los microcréditos, galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 2006 por su trabajo con las poblaciones más desfavorecidas.
Desde los años 1990 se han logrado progresos considerables a escala mundial para hacer retroceder la miseria y la indigencia: así, más de mil millones de personas han salido de la pobreza extrema. Estos resultados espectaculares son un motivo de satisfacción y esperanza, pero no deben eclipsar los desafíos pendientes. En la actualidad, se estima que 635 millones de personas siguen viviendo en la pobreza extrema, lo que supone más del 8% de la población mundial. La gran mayoría de ellas viven en el Asia Meridional y el África Subsahariana.
La pobreza no es solo una cuestión de recursos financieros, sino también un problema de falta de oportunidades. La erradicación de la pobreza es el primer Objetivo de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. Sin embargo, está estrechamente vinculada a otros objetivos, como la garantía de unas buenas condiciones sanitarias, el acceso a una educación de calidad para todos, la posibilidad de ocupar un empleo digno, la igualdad de género o la preservación del medio ambiente.
Es esencial que el crecimiento económico se distribuya mejor y contribuya a crear empleos sostenibles. Es indispensable que cada país garantice la protección social de sus ciudadanos para protegerlos de los numerosos riesgos socioeconómicos que entraña un mundo en plena evolución. La educación es un potente factor de desarrollo: es fundamental que todos los niños y niñas puedan recibir educación básica durante 12 años.
La educación debe incluir las cuestiones relacionadas con la salud, la sexualidad, la igualdad de género y el desarrollo sostenible a fin de romper el círculo vicioso de unas costumbres sociales y representaciones colectivas que perpetúan las desigualdades. La UNESCO, como organismo principal del sistema de las Naciones Unidas en la esfera de la educación, concentra especialmente sus esfuerzos en la educación de las niñas, auténtico motor del desarrollo y la paz.
En este Día Internacional y en este año en que se conmemora el 70º aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, esforcémonos para que cada persona, en cualquier parte del mundo, pueda disfrutar de unas condiciones de vida dignas.
Audrey Azoulay